Crónica del I Encuentro literario Anika Lillo en la librería Fuentetaja de Madrid.




A todos nos persiguen las coincidencias. La mayoría no creemos en ellas como algo aleatorio, sino como algo real y predeterminado porque pensamos que sucesos tan precisos no pueden tener nada de casualidad. Nadie, ni escépticos ni creyentes escapan a ellas. Todos las vivimos y casi todos lo hacemos de soslayo, de puntillas, con cierta desazón por lo imprevisto y preciso que tienen estas circunstancias fuera de la lógica común que nos han implantado desde pequeños. Las comentamos, nos sorprenden, nos agradan o desagradan y se van con nosotros dejándonos un poso inexplicable parecido a los presentimientos cumplidos. Son mágicas, lo son porque nos hacen ver que nuestros pasos, en un porcentaje sin determinar, están guiados por algo más que lo que queremos o creemos dominar. Algo que se escapa a nuestro control y conocimiento. Eso que muchos definen como misterio, otros parasicología, y algunos, creencias infundadas. Pero a todos, a los que creen en estas llamadas coincidencias como a los que no lo hacen, ellas, les persiguen de cerca y se instalan en sus quehaceres diarios sin avisar. Quizás una de sus funciones sea hacernos ver que nada es lo que parece y que algo o alguien traza caminos a nuestro alrededor para que podamos tomarlos cuando se nos olvida que el mundo y el universo es pequeño, muy pequeño y que en una fracción de segundo lo que menos esperas puede suceder, que todos somos más importantes de lo que pensamos. Es entonces cuando tu vida gira en sentido inverso a las agujas del reloj y te preguntas: ¿Es esto realmente una coincidencia?, cuando piensas que tal vez, Teophile Gautier, tenía razón al decir que: La casualidad es, quizá, el pseudónimo de Dios cuando no quiere dejar su firma

Ayer fue un día que comenzó con coincidencias, con muchas y agradables coincidencias que una vez más llenaron mis horas de esa estupenda sensación que produce el saber que hay algo más, algo que nos guía y nos da oportunidades; maravillosas oportunidades.

Antes de llegar a la librería Fuentetaja, mi amigo y escritor David Benito y yo, tuvimos una de esas “coincidencias”, sorprendente coincidencia, que una vez más nos unió en el recorrido desde nuestras respectivas residencias hasta Madrid. Una “coincidencia” que a muchos impresionaría, como nos sucedió a los que la compartimos, aunque ésta no era la primera vez que nos pasaba. Durante el desarrollo del evento hubo muchas más, inexplicables y maravillosas que no puedo contar aquí porque la crónica sería una Biblia.

El I Encuentro literario de Anika entre libros en Madrid fue un éxito. Un éxito no solo de asistencia sino de organización, participación y sobre todo en la conjura del buen hacer. Sí, alguien debió invocar a los espíritus, a las hadas buenas, a las meigas, o a sus dioses, porque el ambiente era increíblemente sano. Durante todos los actos brillo la buena energía, el amor al trabajo propio y ajeno, el respeto mutuo, el buen hacer. Esto, dados los tiempos que corren, es, tristemente, algo infrecuente.

Desde que conocí a Anika Lillo he sentido esa magia especial que poseen las personas cuando, lejos de perseguir sus metas, dan paso a las metas ajenas. Eso es lo que hace ella, lo que siempre ha hecho y seguirá haciendo. Creo que el acto, estas jornadas literarias en homenaje a Anika, estaban impregnadas de su magia personal y, por ello, todo y todos nos vimos arrastrados por una especial sensación de bienestar; de ese bienestar que debería impregnar cada minuto de nuestra vida, de esta vida tan corta que no disfrutamos lo suficiente con los que nos rodean.

Mi crónica, lejos de ser literaria o periodística, es una crónica homenaje hacia ella, Anika Lillo, no solo por la labor literaria que desempeña de una manera altruista desde hace años, sino por ser como es, por irradiar la magia que irradia y por regalarla a todos y cada uno de los escritores, periodistas, editores, agentes y personas que cada día pasan por sus páginas. Por demostrarnos que hay que seguir creyendo en las personas, en su valía, en su humanidad, en sus sueños.

Gracias, Anika, muchas gracias. ¡Bendita coincidencia ésa que un día nos unió!

También quiero felicitar y agradecer su esfuerzo a Elena, Mais, Sole, Julia, a los padres de Elena, a su preciosa niña, a la escritora  Gemma Nieto, al resto de organizadores del evento y al responsable de la librería Fuentetaja del que no recuerdo ahora el nombre. Sin vosotros nada habría sido posible.

A los asistentes al acto, poco puedo deciros, lo vivisteis como yo. Todos tuvimos esa maravillosa sensación que crea vínculos y hace que nos sintamos diferentes al resto de criaturas con las que compartimos este mundo. A muchos de vosotros os sentí muy cerca y pudimos hablar, con otros no puede, no había tiempo suficiente, éramos muchísimos, pero está claro que allí nos reunió algo más que una coincidencia y que nuestros caminos están unidos y se volverán a encontrar.

A los que no estuvieron os dejaré un apunte, sólo uno: la magia existe, creo en la magia.

Antonia J Corrales

14 comentarios:

Fernando Alcalá dijo...

Yo no podría haberlo dicho mejor, Antonia. Es que fue exactamente eso: mágico.

Antonia J Corrales dijo...

Gracias, Fernando. Sí, fue muy especial y los que estuvímos los sentimos :) Un besazo.

Anika Ciberanika.com dijo...

Gracias, Antonia! Yo siempre he dicho que si te rodeas de gente con buen rollo y tú ofreces lo mismo, sólo pueden salir cosas buenas, y esto es la demostración de que la regla es real y efectiva. Y lo mejor de todo es que además hubo mucho cariño y ese cariño llegó a palparse, a saborearse, a disfrutarse. Si todo el mundo fuera igual este mundo sería maravilloso desde un continente a otro. Nosotros lo hicimos realidad gracias a que todos los asistentes vinieron/vinísties con ese mismo espíritu.
¡Un beso enorme!
Anika

Maribel Romero dijo...

Pues no sabes cuánto me alegro de ese éxito y de la magia que lo envolvió.
Un beso.

Gemma Nieto dijo...

Me encantó volver a verte, y a Andrés. Un beso muy fuerte para los dos. Te deseo lo mejor del mundo.

Javi Picos dijo...

Antonia, como siempre un placer verte, escucharte y sentir el latido de la literatura y las coincidencias a la luz de un abrazo.
Enhorabuena también a Anika y Andrés

Marta Querol dijo...

Yo también creo en la magia, y la sentí desde que comenzaron a organizarse las jornadas. La alegría con la que todo iba surgiendo, como una corriente de aire fresco que soplaba en la dirección adecuada. Me ha dado pena no poder ir, qué pena ¡envidia! pero otra vez será.
Enhorabuena a los que lo organizaron, a Anika y a los asistentes. Que surjan iniciativas así hacen ver el mundo de otra forma

Antonia J Corrales dijo...

Gracias a ti Anika.
Gracias a todos, Maribel, Malube, Javi y Gemma, sois especiales para mí.

Sergio G.Ros dijo...

Excelente crónica, querida Antonia.. Envidia es lo que provoca y también mucha alegría porque Anika se lo merece.
Un beso a las dos.
Sergio.

Marta Serrano dijo...

Hola Antonia, he leído tu entrevista en la Revista Entrelíneas Alhama de Murcia, en la que yo también colaboro, y me han gustado tus palabras.
Decirte también que en la página de Facebook 'Revista Entrelíneas Alhama de Murcia', se hace referencia a dicha entrevista, con fotos incluidas.
Mucha suerte con 'En un rincón del alma'.
Sé libre.

Antonia J Corrales dijo...

Gracias, Sergio, eres un encanto. Me alegra que te guste, pero estoy segura y no lo digo por decir, que si tú hubieras estado y lo hubieras escrito, la tuya sería cien veces mejor que la mía.

Mil gacias, Marta. Voy a verlo y a enlazaros a mi página del Facebook, no sabía que ya había salido al entrevista.

Anabel Botella dijo...

Sí, en este encuentro hubo magia. Al final no pudiste firmarme la novela, pero ya habrá alguna ocasión para hacerlo. Estoy con ella ahora, en algún rato libre, y me llega al alma.

Antonia J Corrales dijo...

Gracias, Anabel,te he enviado una solicitud al faceboock así podremos charlar más comodo :)
Un besazo enorme

Blanca Miosi dijo...

La magia y las coincidencias tienen mucho en común, Antonia. Me alegra muchísimo que hayas pasado unas horas felices en compañía de personas de la talla que nombras.

Un abrazo!
Blanca