Anónimos, la escoria de la sociedad. Nuestro silencio es su ventaja


Copio una línea de conversación en un grupo de facebook y mi réplica a él. Estoy un poco quemada con tanta sumisión, con tanta doble moral:
Decía Unamuno que lo importante es que hablen de nosotros, aunque sea bien, y por esa razón los escritores deberíamos mostrar menos ingratitud hacia los críticos, principalmente hacia aquellos que disparataron con nosotros, haciéndonos solo por ello acaso mucho mejores de lo que somos (Andrés Trapiello
Y, ¿ por qué necesariamente los comentarios malos tienen que hacernos mejores? ¿Por qué lo malo tiene más repercusión que lo bueno? ¿Será que lo que nos va es el morbo, ver como se derrumba el otro? Mal de muchos consuelo de tontos.
 La sumisión es una secuela de las dictaduras que permanece en la mente de las gentes oprimidas más allá de sus generaciones venideras. La letra con sangre entra,  quién te quiere te hará llorar, o el crítico que te destroza te enseña, son secuelas de opresión. Una inteligente manera de hacer creer que no eres nadie ante los que esgrimen su espada aprovechando el anonimato, la fuerza, la posición...   Tener que aceptar todo, aunque no te guste, aunque sea injusto, injurioso, falto de honestidad, de veracidad y dar la razón a quién te llama idiota o desprestigia tu trabajo, es de cobardes, de oprimidos. Es traicionarte y maltratarte a ti mismo. Dar la razón a los que no quieren que crezcas, que pienses por ti mismo, que salgas adelante, es como cuando el trabajador cree que trabaja para el jefe, cuando en realidad lo hace para él. Es darle la razón al jefe cuando te dice que no tiene que agradecerte nada, que es tu obligación cuando has hecho un trabajo magnífico fuera de horas y de sueldo.
 La opresión, la humillación, la crítica destructiva, no tiene justificación alguna y la persona objeto de ella o su trabajo, sea éste cual sea, no solo está en el derecho más absoluto de vetarla, sino de defenderse y criticar al "crítico"
No es más el que pone a parir a alguien o el trabajo de otro, ni sabe más. Puede que sea docto en maldad, pero eso no le hace poseedor de la razón y mucho menos de la verdad.
 
En este país dar pábulo a las malas opiniones es el deporte nacional. Ensalzar al crítico, hacerle Dios, es ponerse una medalla, una medalla que llena de mierda el trabajo ajeno, en algunos casos y para mayor vergüenza el propio.  Todos tenemos el derecho y la obligación de defender nuestro trabajo por encima de todas las cosas, porque él es nuestra esencia y  los tiempos que corren cada día está más desprestigiado. Ese, y no otro, es el verdadero triunfo de las dictaduras morales, laborales y sociales: que el trabajador se sienta inferior, que sienta inseguridad, que no dé valor a lo que hace. Si tú no  valoras lo que haces, si no lo defiendes, habrá más armas con las que oprimirte, será más fácil hacerlo.  Me da igual el mercado del que hablemos, en todos sucede lo mismo.  
Estamos estigmatizados. Nos manejan como a marionetas y nos dejamos hacer. Es más cómodo no pensar, no luchar, no hablar. Da igual si comemos transgénicos, sean buenos o malos, da igual si hay pesticidas que caen del cielo sobre nuestras cabezas, si nos dicen que no se subirán impuestos  y no solo se suben sino que se crean nuevos. Da igual que haya imágenes y se proyecten una y otra vez de un pasillo abarrotado por un tumulto, un pasillo estrecho, demasiado angosto, fuera de las normas y leyes, que siempre habrá personas que digan que la culpa fue de una bengala o de un botellón. Y muchos creerán y afirmarán que al beber la gente engorda y no entra por el pasillo y que la bengala lo hizo más estrecho y por eso se produjeron las muertes. El tema es no pensar, hacer que la gente se quede encima, por encima del origen de todo. Ese es nuestro estigma. La cobardía, la sumisión, la denuncia al prójimo, al igual. La falta de análisis de las circunstancias de todo y la dejadez de no protestar por miedo a perder la mierda que tenemos. Por ello seguimos en la misma hez año tras año.
Son muchos los chivatos, los estigmatizados, los anónimos que se permiten el lujo de esconderse bajo un nombre falso o una identidad sin nombre para destrozar el trabajo de los demás. Los hay en el sector literario como en los demás. En el literario utilizan las redes sociales que les protegen y en ellas pueden poner, dar a entender, que justificas asesinatos en tu obra, como ha sucedido ya en un caso que conozco de cerca. Y nadie te defiende, nadie te apoya, aunque el comentario esté fuera de la ley. Aunque te acusen de algo tan grave como defender un genocidio sin ser cierto.  El anónimo es impune, si habla mal, si descalifica es poco menos que Dios. Lo es porque sienta polémica, y eso da dinero, que es la madre de todas las desgracias. Sobre todo la del pobre que tiene menos armas que nadie para defenderse y menos fuerza porque no come como los ricos. Sin proteínas, sin hidratos de carbono, uno no tiene fuerzas y piensa peor. Con un solo filete al mes, porque la carne es un producto de lujo ya que está al 21% de IVA, uno piensa peor y tiene menos fuerzas para debatir. Tal vez por eso haya subido de forma tan escandalosa.    

Hace poco  poníamos el grito en el cielo cuando se publicó que John Locke supuestamente había comprado las críticas de varios medios para su novela, pero nadie se puso a pensar el motivo que le llevó a ello. El origen real del mismo, con lo sencillo que es llegar a él: El crítico era Dios, le habían hecho Dios. Y como era Dios se podía permitir el lujo de destrozar o endiosar a quién él quisiera y cobrar por sus servicios engañando al público, al lector. Para llegar a ese estatus tuvo que destrozar a muchos y ensalzar a otros, pero sobre todo  destrozar y así dar más valor a algunas de sus opiniones positivas. "Si éste que siempre pone a parir a todos ahora dice que aquello es bueno, es que es magnífico" Opinión popular. Desgraciadamente es así, aunque luego se demuestre que es una bazofia, pero lo ha dicho fulanito de tal...  Jonhn Locke no era el  que supuestamente engañaba, el mayor estafador era el crítico , que acosta de la ignorancia humana hizo una buena cartera. A costa de la ignorancia de muchos, del morbo de otros y de la sumisión de algunos escritores a los que antes vilipendió, se hizo con un estatus de Dios, siendo un demonio. El ser humano tiene la malsana costumbre  de confundir a Dios con el Diablo y lo hace muy a menudo.
Podrán quitarme muchas cosas, pero jamás me quitarán la libertad de pensamiento, el orgullo de ser quién soy , las fuerzas para luchar por mi trabajo y la exigencia de respeto hacia él.  Nadie puede vetar mi derecho a réplica frente a un ataque. Soy quién más derecho tiene a defender su trabajo, porque es mío.  El aceptar críticas destructivas no te hace más profesional, no te da más caché, te hace más tonto, más vulnerable. Más esclavo.

19 comentarios:

Unknown dijo...

Suscribo cada palabra, Antonia. Es curioso que detrás de una buena crítica no suele haber anonimato. Lo que nos lleva a pensar que detrás de las malas (sobre todo de las dañinas tapadas con el anonimato) solo hay frustración, cobardía... quizá envidia. Un beso.

Marta Querol dijo...

Ya sabes lo que opino del tema, Antonia. De pe a pa. Lo he tratado varias veces en mi blog, pero por desgracia son muchos los lectores que dan más valor a los que ponen a parir un libro, aunque sea desde el anonimato, que a los que afirman con sencillez que les ha gustado o emocionado. Gracias por la parte que me toca. Yo también estoy muy quemada, y lo sabes, y sigo luchando por eliminar ese comentario injurioso que me ha caído y al que haces referencia, aunque de comento pincho en piedra. Lo que no debería permitirse en páginas serias como Amazon, La casa del Libro y similares es que se opinara desde el anonimato. Habrían menos comentarios, seguro, pero al menos se evitarían atropellos vergonzosos como el último que te ha caído, uno más, por puritita envidia. Protegen a los cobardes con malos instintos, y no deberían.

Anónimo dijo...

Tienes mucha razón, Antonia, en definitiva los Anónimos son en realidad unos miserables cobardes, no dan la cara porque no tienen argumentos, porque nunca podrán defender sus críticas.Ya está bien de dejar que nos manipulen, que nos intenten hundir, que nos desprecien por ser auténtic@s, no debemos permitirlo, nunca. Valemos mucho, le pese a quien le pese.
Eres grande,un ABRAZO.

Unknown dijo...

Muy cierto.
Ante la crítica hace tiempo que adopté una postura que parte desde la neutralidad: observar el comentario y ver si, en efecto, hay en él algo de verdad. Si lo hay, procurar aplicarlo para la próxima vez; si no lo hay, desecharlo. En teoría, es así de sencillo. En la práctica, y por desgracia, los comentarios anónimos dispuestos a herir pueden llegar a hacerlo.

alexcanorubio dijo...

Antonia, un anónimo no es un crítico. Es una opinión hecha desde el anonimato. Por tanto, si no escribes sobre él, mejor. Pasará de ti para buscar a otro. Esto no quiere decir que no tengas derecho a defenderte. Nadie te puede vetar tu derecho a réplica. Este anónimo seguro que no se atreve a hacer observaciones con Cervantes, Galdós o Baroja.

Antonia J Corrales dijo...

Gracias por el apoyo a todos. Sé que un anónimo no es un crítico, pero para el público lo es y para muchos otros de ahí que te digan que hay que saber encajar: el qué? la torta, y por qué me tienen que pegar y por qué me tengo que dejar pegar? ya está bien. Os habéis preguntado alguna vez por qué Risto Mejide tuvo tanta popularidad ;) qué triste! Ahora la versión de operanción triunfo es la antítesis , los "coches", coach, lloran desconsoladamente...

Joan Bosco dijo...

Completamente de acuerdo con todo lo expuesto y por desgracia aquí en nuestro país es así. Ignoro si en el resto del mundo es así, pero lo cierto que aquí quien lucha por intentar mejorar las cosas es calificado de delincuente y problemático. Incluso por los propios compañeros de trabajo, porque es más cómodo no pensar y mecerse en una supuesta seguridad de la ciega obediencia.

Antonia J Corrales dijo...

Sí, Juan, desgraciadamente es así. Cito una alegoría, no sé si es exacta, pero más o menos es así:
Primero vinieron a por los rubios, pero yo no era rubio y no me preocupe, después a por los negros, pero yo no era negro, más tarde a por los morenos, pero tampoco era moreno... ahora vienen a por mí, pero ya no hay nadie para defenderme.
Una pena, una verdadera pena. Gracias por entrar a participar

Vivir, a sorbos, beso a beso hasta morir de felicidad dijo...

Si todas esas razones que expresas con tanto acierto sirvieran de algo... pero no, no interesa, no interesa a quienes mueven millones y millones de ellas y las vende, alguna a peso, a saldo, otras, a precio de oro. Ya lo dijo no se quién; El crítico, no es otro que el que fracasó en todo lo que se propuso ser y no ve otro modo de hacerse valer que criticar a todos los que sobresalgan en lo que él jamás podrá sobresalir por mediocre y envidioso. Lo jodido es que eso mueve mercado, y a todas las empresas les interesa que sigan existiendo ese tipo de pervertidos de las letras, da igual si son profesionales o anónimos, para mi son todos iguales, seres a los cuales no se les dio ninguna cualidad y se tomaron la de crítico a fuerza de ser mediocres.
Eso sí, sigo pensando que lo que más daño les hace es ignorarlos.
Sin embargo respeto que tu no lo hagas y les repliques cuanto quieras, es más, te aplaudo, Antonia. Un abrazo.

Carmen Grau dijo...

No puedo hablar por el resto del mundo, pero tengo que decir que yo cada vez que visito España me quedo abatida al observar cómo se critica destructivamente y con puras ganas de hacer daño. He llegado a preguntarme si es el hobby nacional por excelencia. Desgraciadamente, lo negativo abunda más que lo positivo, por eso las personas que sí somos positivas tenemos que hacer un esfuerzo por aportar más. En cuanto a las malas críticas, leí de un escritor autopublicado de bastante éxito que aunque seas el mejor escritor del mundo, vas a tener esas malas críticas y que hay que aceptarlo, aunque duela. El problema no es tuyo, sino de los que las hacen. Y Antonia, te aseguro que no todos los lectores hacen caso de esas críticas. Yo, y muchos otros lectores (porque lo hemos hablado) vemos enseguida una opinión mezquina como lo que es. Los que quedan mal son esos anónimos, tú no.

Josep Capsir dijo...

Estoy cansado de escuchar el discurso de que hay que saber llevar bien las críticas y que el público está en su derecho a poder opinar. En cierto modo es cierto, el lector es quien debe valorar la obra de un escritor y sí tiene derecho a manifestar su opinión, así lo merece tras pagar por su lectura y en cierto modo también tiene derecho a hacerlo desde el anonimato. Eso no quita, como bien dices, a que cualquier persona, sea lector o no, descalifique miserablemente la obra de un escritor con total impunidad. Desde mi posición de escritor novel he recibido muy buenas críticas y críticas feroces de la misma obra, hecho que me ha causado cierto desconcierto. ¿Cómo es posible que alguien diga que los personajes de una novela están bien construidos y resultan entrañables y por otro lado, otro "opinador" diga que los personajes resultan planos? ¿Qué debe pensar el autor? ¿Qué aprendo?
Opinar de manera malintencionada es gratis pero el efecto de una crítica de ese tipo puede resultar terrible para un autor.
Echo de menos la oportunidad de réplica o defensión. Una crítica no defendible es injusta.
Un abrazo!

Montse dijo...

Hola, preciosa!
No voy a opinar, porque sabes que suscribo todo lo que has escrito,.
Te repito lo que te dije ayer: tu novela no es buena, es MAGISTRAL.
Jamás pensé que pudiera haber tantas envidias en vuestra profesión, porque estoy convencida de que esos anónimos lo son.
Un beso enorme y no olvides que te quiero un montón.

Antonia J Corrales dijo...

Gracias, Frank por manifestar tu opinión, por pasarte por aquí. No sé callar, tal vez un defecto, tal vez una virtud, pero soy así.
Carmen, tú y yo sabemos, y mucho, verdad reina?. Precisamente a mí me van a decir qué es aceptar una crítica constructiva, verdad? :);)pero éstas, de las que hablamos, no lo son. Tú y yo no entendemos y sabes de mi honestidad y yo de la tuya.
Josep, ninguno de esos "críticos" de los anónimos se pondría delante de ti o de mí, o de cualquier otro autor atacado de esa forma tan mezquina, jamás lo haría. Lo impresentable es que puedan publicar bajo un nick o una identidad falsa de esa forma. El autor tendría, debería tener derecho a defenderse, incluso a denunciar, porque hay casos en los que el tema es de juzgado de guardia, y por lo penal, como el de Marta, o como en el que se cargaba contra las mujeres y las amas de casa en uno que me hicieron a mí, Pilar Alberdi también tuvo uno fortísimo y cargado de machismo. Y cientos más. Pero no, hay que dar cancha a los indeseables.
Lo sé Montse, cuando me dicen eso siempre cito a Gala, decía: este mundo es de puñalada trapera, cuando te quieres dar cuenta tienes 100 navajazos en la espalda, de tus colegas . De esos que intentan serlo, pero no llegan porque son mezquinos.

Sonia Moreno dijo...

Siempre he sentido verguenza ajena por todos aquellos que trás la protección del anonimato hacen cosas como esta.

Mucho ánimo y recuerda que "El cobarde sólo amenaza cuando está a salvo" y "Todo lo que se ignora, se desprecia"

Un abrazo.

Antonia J Corrales dijo...

Gracias, Sonia. Lo sé, pero esta vez no quería callarme. Gracias por el apoyo.

Antonio Lagares dijo...

Antonia, antes que nada decir que nada de quemarse, ni tu, ni Marta (que he leido su comentario) ni nadie, porque es lo que persiguen estos indeseados.
Es evidente que la literatura en españa está cambiando, que ya no es necesario ser amigo de tal, familiar o tener detrás una gran editorial. Poco a poco, grandes escritores como tu, Marta, Blanca, y otros compañeros que debo generalizar para que no se haga interminable la lista, estais consiguiendo que se llegue a lo más alto por méritos propios y no por enchufismo, y eso, amiga mía, hace mucho daño, porque la gran tarta que se repartian entre unos cuantos, ahora se reparte en mayor medida y por meritos contraidos, no por enchufismo, y eso duele bastante, porque hace daño y porque ahora hay que valer para llegar.
El anonimato es un arma poderosa para intentar cortar alas de la forma más canallesca que existe, pero ante eso, la respuesta es seguir adelante y continuar trabajando hasta ahora. Estais consiguiendo algo muy grande en la literatura española y ahora no se puede desfallecer. No hablo de la Generación Kindle, hablo en general, de todos los que estan luchando de un modo honrado por conseguir sus sueños a través de sus escritos.
Animo y fuerza porque tu lo vales y no puedes mirar hacia atrás, ni a los que te ponen zancadillas, siempre adelante, que es lo que mñas le puede fastidiar a estos canallas del anonimato.
un fuerte abrazo amiga Antonia

Unknown dijo...

Lo ruin está en el anonimato. Cuando alguien hace una crítica positiva (en Estados Unidos es menos del 10% los que se toman el trabajo) es una manera de expresar la satisfacción por lo que has leído y la admiración al autor. Recibir una crítica de alguien a quien no le ha gustado lo que has escrito es válido, pero las estadísticas se comportan de igual manera, es un 10% el que se toma el trabajo de escribir algo en contra, a no ser que el producto sea una verdadera estafa. Pero cuando se ponen críticas con frases vacías que ni siquiera estás segura que han leído la obra, y encima bajo el anonimato, entonces hay que pensar que hay otros motivos: ¿envidia por el éxito del escritor?, ¿frustración porque otro escritor ha tenido éxito? Cualesquiera que sean los motivos no son relacionados con la justa valoración de una obra.

Pilar dijo...

Si algo tengo claro es que eres una escritora maravillosa y una mujer estupenda. Es algo que con cada libro y con tus palabras en comentarios como el que os ocupa, se aprecia sin esfuerzo. Admiro tu fuerza y tu determinación por decir lo que piensas en total libertad.

Llevas toda la razón, palabra por palabra.

Te felicito por ser como eres en todos los sentidos.

Y a ese o esos desgraciados cobardes solo decirles que no pueden caer más bajo y hacer más el ridículo. ¿Quién les va a creer si sus comentarios ya les definen? Tus lectores y tu familia y amigos, o los que te conocemos aunque sea en la distancia, sabemos de tu valía.

Un besote,

Antonia J Corrales dijo...

Lo sé, Antonio, tú y yo lo sabemos, gracias por el apoyo, amigo mío, muchas gracias, hace falta sentir a los amigos en estas ocasiones.
Pilar, guapa, ya sabes cómo soy, no me callo ni debajo del agua, aunque a veces me hago el firme propósito para vivir más tranquila, pero las injusticias me pueden. Gracias por el apoyo, de corazón.
Marele, gracias por entrar, es un honor que tú estés aquí. Sí, allí es distinto todo, nada que ver, qué envidia! muchas gracias por pasarte y dejar tu opinión, por echar esa mano tan necesaria muchas veces, gracias compañera de letras y amiga