Mucho antes de conocerle había tenido el placer de leer su novela “El factor Einstein” , entonces, él, ya tenía una larga trayectoria profesional que servidora aún no había andado, pero que se palpaba en cada uno de los párrafos de aquella que era ya su segunda obra publicada, que no escrita. La primera fue “ La clave Pinner” , después llegó “El factor Einstein” y más tarde “El síndrome de Mowgli”, éste último fue el segundo que escribió pero, por esas cosas del destino, que en este mundo editorial suelen ser, a veces, más extrañas e inexplicables que un Expediente X, fue publicada en tercer lugar.
Dicen que los escritores somos una especie diferente, capaz de vivir mil vidas, de sentir más allá de esta dimensión, de licuarnos en las páginas de las historias que escribimos y de aquellas que nunca llegamos a escribir y que, como algunos de nuestros sueños, quedan suspendidas en el tiempo y el espacio, dando vueltas de vez en vez por nuestras libretas de apuntes o en algún archivo del ordenador. Algunos comentan que tenemos una mirada especial, que cala, que acaricia, que observa de lejos, casi estática, las expresiones, los gestos y los sentires de los que nos rodean, para más tarde , como fotógrafos del lenguaje, plasmar todo aquello que hemos visto, sentido o intuido en las páginas de nuestras obras. Yo conozco a uno de ellos: Andrés Pérez Domínguez. Él, ciertamente, es de otra especie. Como todos y cada uno de los personajes centrales de sus obras. Personajes que nos arañan el corazón, que nos hacen jirones el alma. Ésos a los que él define como perdedores, pero que el lector siente como los auténticos héroes de la vida, porque los héroes nunca ganan nada para ellos, todas sus batallas son libradas por y para los demás.
Cuando tuve acceso a la noticia, me encontraba leyendo “ El Centro de la Tierra”, el último libro publicado de Andrés. Un libro de cuentos, género éste en el que mi amigo es todo un maestro, y no solo por los premios en su poder que lo atestiguan, sino por la calidad literaria y argumental que recogen cada una de sus historias. Sabía, desde hacía tiempo, que andaba sumergido en una nueva novela –habíamos hablado sobre ello y sobre mi parón literario, incluso recibí más de un rapapolvo de su parte por mi estado sabático- , cuando la terminó me avisó y leí su magnífica entrada en el blog sobre el punto y final. Su título es: “ El violinista de Mauthausen” novela que se ha erguido como ganadora por unanimidad absoluta del jurado del Premio Ateneo de Sevilla 2009.
Andrés, sigue siendo de otra especie. Le emociona y alegra el premio, pero lo que más le ha llegado ha sido la respuesta de sus amigos, el compartir un galardón merecido, trabajado y esperado por todos los que le leemos. Si ustedes aún no han leído a Andrés Pérez Domínguez, no pierdan el tiempo más, “El violinista de Mauthausen” estará en breve- creo que en octubre- en las librerías, pero para ir abriendo boca, les sugiero que compren cualquiera de sus títulos, no se arrepentirán.
¡Enhorabuena, amigo! éste, sin lugar a dudas, es el principio de muchos reconocimientos. Tú y yo sabemos que las tormentas se pueden crear, pero al final la madre naturaleza se impone sobre la “Ciencia”, la prueba de ello es tu laureada, transparente y trabajada carrera de escritor.
Dicen que los escritores somos una especie diferente, capaz de vivir mil vidas, de sentir más allá de esta dimensión, de licuarnos en las páginas de las historias que escribimos y de aquellas que nunca llegamos a escribir y que, como algunos de nuestros sueños, quedan suspendidas en el tiempo y el espacio, dando vueltas de vez en vez por nuestras libretas de apuntes o en algún archivo del ordenador. Algunos comentan que tenemos una mirada especial, que cala, que acaricia, que observa de lejos, casi estática, las expresiones, los gestos y los sentires de los que nos rodean, para más tarde , como fotógrafos del lenguaje, plasmar todo aquello que hemos visto, sentido o intuido en las páginas de nuestras obras. Yo conozco a uno de ellos: Andrés Pérez Domínguez. Él, ciertamente, es de otra especie. Como todos y cada uno de los personajes centrales de sus obras. Personajes que nos arañan el corazón, que nos hacen jirones el alma. Ésos a los que él define como perdedores, pero que el lector siente como los auténticos héroes de la vida, porque los héroes nunca ganan nada para ellos, todas sus batallas son libradas por y para los demás.
Cuando tuve acceso a la noticia, me encontraba leyendo “ El Centro de la Tierra”, el último libro publicado de Andrés. Un libro de cuentos, género éste en el que mi amigo es todo un maestro, y no solo por los premios en su poder que lo atestiguan, sino por la calidad literaria y argumental que recogen cada una de sus historias. Sabía, desde hacía tiempo, que andaba sumergido en una nueva novela –habíamos hablado sobre ello y sobre mi parón literario, incluso recibí más de un rapapolvo de su parte por mi estado sabático- , cuando la terminó me avisó y leí su magnífica entrada en el blog sobre el punto y final. Su título es: “ El violinista de Mauthausen” novela que se ha erguido como ganadora por unanimidad absoluta del jurado del Premio Ateneo de Sevilla 2009.
Andrés, sigue siendo de otra especie. Le emociona y alegra el premio, pero lo que más le ha llegado ha sido la respuesta de sus amigos, el compartir un galardón merecido, trabajado y esperado por todos los que le leemos. Si ustedes aún no han leído a Andrés Pérez Domínguez, no pierdan el tiempo más, “El violinista de Mauthausen” estará en breve- creo que en octubre- en las librerías, pero para ir abriendo boca, les sugiero que compren cualquiera de sus títulos, no se arrepentirán.
¡Enhorabuena, amigo! éste, sin lugar a dudas, es el principio de muchos reconocimientos. Tú y yo sabemos que las tormentas se pueden crear, pero al final la madre naturaleza se impone sobre la “Ciencia”, la prueba de ello es tu laureada, transparente y trabajada carrera de escritor.
Antonia J Corrales
Para los que quieran saber algo más sobre Andrés Pérez Domínguez les dejo la dirección de su blog: http://laseparata.blogspot.com/
7 comentarios:
Maravillosa entrada, muy sentida y muy de amiga. Desde aquí felicito efusivamente a Andrés por ese gran logro. Reconozco que no he leído nada suyo pero ya me estoy apuntando títulos para este veranito.
Un besazo.
En fin, no tengo nada que decir o añadir. Me ha emocionado mucho leer esta entrada. Estoy muy contento por lo que le ha sucedido a Andrés.
Muchos besos, mi querida Antonia.
Ah, Maribel, no te arrepentirás...
Antonia, querida, sin palabras me dejas. Cuánta verdad encierra eso de las tormentas artificiales...
Es verdad, no paro de decirlo: lo más bonito de todo esto es el reconocimiento y el cariño de los amigos como tú. De verdad que no merezco tantos parabienes. Yo sólo soy un trabajador de la escritura. Voy a poner un enlace en facebook a esta entrada de tu blog. De verdad que me da vergüenza ponerlo en mi blog.
Un beso grande,
Compartimos gustos y tenemos puntos de vista semejantes, Antonia, precioso comentario bien merecido a nuestro amigo
un saludo
patricio
Preciosa entrada, Antonia. Un abrazo enorme para ti y otro para nuestro querido Andrés.
Gracias Maribel,no te arrepentirás de leer a Andrés. Te va a encantar.
Juanma, qué vamos a decir tú y yo de nuestro escritor :)
Patricio es un honor que tú me digas eso porque tus gustos y puntos de vista son, para mí, de lo "mas mejor" , gracias.
A mi radiodelosblogueros, qué os voy a decir chicos, si sois estupendísimos, en todo. Me encanta escucharos los viernes.
Andrés, ya sabes...claro que lo sabes :)
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