¿Justicia?

Pues no, no todo el mundo tiene lo que se merece. Estoy harta de escuchar la famosa frase. Basta un simple vistazo al mundo, a la sociedad: la pobreza, la hambruna, las enfermedades, las guerras. El paro, los sueldos míseros, las pensiones raquíticas... ¿se merecen enfermar, pasar hambre...?

Del otro lado, los ricos que no han dado un palo al agua. Los explotadores, los asesinos que siguen sueltos, los violadores, los maltratadores... ¿realmente se merecen la libertad o el tipo de vida que llevan?
No, no todo el mundo tiene lo que se merece: ¡¡¡Es mentira!!!

HISTORIAS DESDE VIRGINIA, reseña de Y SI FUERA CIERTO:

 

“La historia te da un mensaje positivo sobre lo que realmente es importante en la vida. Te da esperanza sobre la salud, siempre puede mejorar y sanar. Sobre la vida que puede cambiar para que seas feliz…
Antonia J Corrales me recuerda escribiendo a Isabel Allende en “la casa de los espíritus”, en “Paula”, en la trilogía “memorias del águila y el jaguar”… Son dos escritoras que saben describir los sentimientos a flor de piel y el mundo mágico que nos rodea y no sabemos descifrar. Ambas son grandes contadoras de historias inolvidables.”





Reseña El destino de una bruja en Tejiendo en Klingon

No os perdáis la reseña de la trilogía completa : Historia de una bruja contemporánea en el blog literario : tejiendondoenklingon.blogspot.com

Una historia que, en ocasiones, produce un leve escalofrío por la realidad que no somos capaces de ver pero que está ahí; en otras hace que se esboce una sonrisa y es capaz de tocarnos el corazón de muchas maneras porque la amistad y el amor están presentes página tras página.

 En definitiva, un cierre de saga que deja el corazón colgando de un hilo por los sentimientos que remueve y unos personajes de los que cuesta trabajo despedirse tras conocerlos aquí con mayor profundidad.









En este vínculo encontraréis la reseña de la última entrega: El destino de una bruja. Al final de la entrada tenéis opción al resto de reseñas de la trilogía, también a otras de mis novelas.
Si queréis visitar su página en Facebook, que es súper interesante, y seguirla :
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Crónica indiscreta de la realidad

 

Vivimos un tiempo en el que los malos se saben todas las tretas legales para no ser juzgados y menos aún condenados. Los príncipes azules siguen destiñendo. Son tontos de capirote y a pesar de ello viven como reyes; en la realidad y en la ficción. Los nuevos ídolos se convierten en dioses de barro enseñando sus vergüenzas, externas e internas. Exhiben sus majaderías desde el otro lado de la pantalla, afirmando que han descubierto la tierra prometida.

Es un tiempo éste en el que la palabra puede ser tu condena de muerte. Una muerte, un linchamiento cometido por una legión de autómatas que se han vuelto fanáticos. Vehementes de la sinrazón. Inhumanos, sádicos y despiadados que ocultan sus frustraciones bajo los seudónimos que siempre utilizan los cobardes. La sociedad ha parido una caterva que se creen descubridores de no sé el qué, y su estupidez les ha hecho pudientes por arte de birlibirloque mientras se mean sobre las miserias de los demás sin despeinarse; al son desentonado de las carcajadas de muchos inconscientes e ilusos que sueñan ser, algún día,  como ellos.   




Es un tiempo, éste, el que nos ha tocado vivir, en el que la palabra libertad se ha convertido en la asesina en serie de la libertad ajena. Los ricos son más ricos y, en consecuencia, los  pobres visten aún más miseria. Se comercia con la vida, y la vida es un grito desgarrado y lastimero por sobrevivir.

 

A pesar de todo aún, en muchas esquinas habitadas por un único rayo de luz, quedan unos pocos soñadores, creyentes, observadores, analistas de este popurrí de sucesos, malas artes, sinrazones y despropósitos; de la deshumanización y la superficialidad en la que vive inmersa la mayor parte de la sociedad. Tal vez sean los únicos en los que el futuro pueda asentar sus cimientos ya doloridos, maltrechos y quebrados. Más pronto que tarde tendrán que volver a luchar, como entonces, cuando el mundo estuvo del revés; patas arriba. Son la resistencia. Los disidentes. Los que siempre nadan a contracorriente. Los que ven más allá. Los que no se quedan en la superficie de los acontecimientos. Los que piensan que pensar y decir lo que se piensa sigue siendo muy peligroso y, a pesar de ello, siguen haciéndolo.  

 

Antonia J Corrales © Copyright  Febrero 2021