No nos engañemos, todo sigue siendo igual. Endulzado con algún que otro pastelito, pero igual.
El salario mínimo no da ni para pipas y, a pesar de ello, los productos de primer orden suben todos los años. El sistema capitalista sigue su puja para aumentar las horas de trabajo y en consecuencia el número de parados: ¡al tiempo!! ¡Sesenta y cinco horas!!! Eso para los que no las hacen ya porque haberlos hailos, y muchos. Los comerciantes de armas siguen haciendo su agosto con los conflictos bélicos. Los asesinos, maleantes, violadores, terroristas y un largo etc, siguen siendo presuntos aunque existan pruebas físicas y testimoniales de lo contrario, y muchos, muchos disfrutan de la condicional que les permite reincidir, si no de qué, para qué...
Los delincuentes escriben biografías millonarias y mandan cartas a programas de máxima audiencia, mientras otros, los parias de nuestra cultura occidental, para reclamar un plato de comida, para que se les escuche, tienen que quemarse a lo bonzo...
Lo peor de todo es que aún nos queda por pasar la Navidad. Porque díganme ustedes, ¿hay alguien a quién le guste la Navidad? Sí, ya sé, les gusta: a los niños, a los que están forrados de pasta, a los niños, a los que están forrados de pasta, a los niños...¡ah!, sí, también a los que se van a pasarlas a las Bahamas, claro que ésos o están forrados de pasta o lo hacen a plazos. Otra vez ¡ah! pero éste más largo: aaaahhhhh!!!!, que no, que los plazos ya no son viables dada la situación económica. Pues eso, a los niños y a los que están forrados de pasta. "Osease", que son los mismos a los que les gusta la navidad y les importa un bledo la situación actual, porque los niños no se enteran de nada (menos mal), y a los que están forrados de pasta les afecta un carajo todo lo demás. Qué cosas pasan previo a navidad, me "cachis", con lo bonito que es eso del espíritu navideño, ¿que no? Bueno, pues yo me voy a buscarlo porque creo que tengo para un rato largo, pero largo, largo. Aunque, pensándolo bien, si se aprueba eso de las sesenta y cinco horas, creo que no me va a dar tiempo.
© Antonia J Corrales
2 comentarios:
Creo que salimos a unas trece horas de trabajo diario, o algo así...mejor no pensarlo.
Me hizo gracia lo de los niños, estoy escribiendo sobre eso para un especial Navidad de la radio.
Un beso, mi querida amiga.
Pues ya ves amigo mío, tantos años de lucha, de huelgas, de despidos, de sanciones, de mil historias, para que ahora vengan con lo mismo, esto es del neolítico, por decir algo porque me quedo sin léxico, y, por supuesto, abusivo, esa es mi opinión. Pero ya sabesmos... La Comunidad Económica Europea, ejem, ejem...
A ver ese especial de navidad, avísame para oirte, que ya sabes el despiste que tengo encima. A mí me pone de los nervios escribir de la navidad, es que no puedo, no puedoooo. Sólo me gusta el cordero, que me sale de vicio.
Besazos,
Antonia J Corrales
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