DIARIO DE UNA ESCRITORA (Marzo 2023)

 

Es difícil retomar después de tanto tiempo. Más aún cuando las fuerzas no te acompañan. Cuando los pensamientos vuelan a su libre albedrío como una cometa que escapó de tus manos en un momento imprevisto, sin que pudieras sujetar la cuerda que la unía a ti. Cuando vienes y vas sin saber adónde dirigirte, o dónde quedarte aunque solo sea por unos minutos. Cuesta retomar, volver a ser. Es complicado. También lo es hacer planes. Yo los hice en enero y no pude cumplirlos. Ahora, un poco recuperada, que no del todo, vuelvo a intentarlo.
Tres novelas empezadas. Ese es mi legado en estos momentos. Las tres diferentes entre sí. Voy y vengo a cada una de ellas y no sé cuándo las terminaré. Cuál será la primera en ser publicada, o si alguna se quedará en un cajón, como El Color de la Calabaza, que jamás ha visto la luz. No la ha leído nadie. Es un pequeño tesoro. En realidad la primera obra que escribí.
Una nueva edición de “Mujeres de agua” está esperando el visto bueno para salir a la venta en Amazon. Recuperé los derechos y por ello la publicaré con una nueva portada, que espero os guste y os sorprenda. Su precio será más asequible. Estará disponible en Kindle Unlimited, que ya lleva demasiados años sin estar ahí y considero que es importante que lo esté para que pueda ser leía por más personas.

Vivimos una época en la que nada va bien, no como debiera; ni en este sector ni en ninguno. Y, por ello, cada día necesitamos más mensajes positivos, más ánimos. Creer que todo va a cambiar. Sin embargo los que tienen en sus manos el poder de hacer que todo cambie no son empáticos. Son usúrenos, vendedores mentirosos que nos ofrecen un crecepelo en un mercado que cada día se parece más a los del Medievo. Hemos perdido la capacidad de luchar, de pelear de verdad, con toda la artillería pesada, a bocajarro. Dormitamos bajo protestas ineficaces, anestesiados por ese querer destacar de cualquier forma en las redes sociales mal utilizadas, en la televisión o en cualquier lado. El coeficiente intelectual se está anquilosando para dar paso al anhelo de cuerpos músculos, con facciones perfectas y cerebros vacíos. Muchos se sumergen en las vidas, aparentemente perfectas, de los privilegiados sin darse cuenta que lo que ellos poseen lo ha parido sus carencias, porque para que haya un rico, un millonario, es necesario que haya muchos pobres. Y a algunos se nos quitan las ganas de habitar estas latitudes. Aun y así, espero volver, volver del todo, como antes, como siempre. Con fuerzas renovadas, con ganas y una sonrisa ancha que os reconforte. Espero volver con nuevas obras y nuevos artículos de opinión, con este humilde “Diario de una escritora”. Espero y quiero. Aunque a veces querer no es poder. A veces el orden de los factores sí altera el producto.
Pero sea como fuere, hay que morir con las botas puestas. O eso dicen
😉
Antonia J Corrales © Copyright marzo 2023

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