Viva o muerta, qué más da

 DIARIO DE UNA ESCRITORA


Viva o muerta, qué más da

Antes de que nos alcanzase la tragedia del tiempo, tus ropas tenían el color de mil banderas. Tus pasos el ruido de la ciudad. Olías a perfume caro. A gel de ducha y toallas limpias. A semáforos siempre en ámbar. Al Último de la fila, Bruce Springsteen, Sabina y Serrat. A estación de metro, a Taxi, cañas de cerveza y cigarros a medio apagar.

El primer café. La radio de fondo. La prisa en tus talones. Mis pitillos ajustados. Tus pequeños mordiscos en mis labios. El atasco. El ascensor. Las balas que no disparamos. Las que aún están por cargar.

Añoro momentos. La llama de una vela solitaria se apaga. Procuro no hacer ruido. Soy como el maniquí de la canción de Serrat, que tanto me gusta. Pongo la puta lavadora. Quiero romper el tiempo. Cambiar la letra de aquella canción que nunca conseguí aprender.

El tiempo hizo un túnel en mi espalda que recorre mi espina dorsal. Se come lo que fui. Viva o muerta, !qué más le da!

Grito hacia dentro, como la tierra, como la soledad que aviva las ascuas del pasado. Que paren incendios una y otra vez. Que prenden hogueras en cualquier lugar.

Y el sobrante del día anterior se ríe en mi cara. Es una constante repetición. Un bis que suena y resuena una y otra vez. Un acorde inapropiado, cojo, malsonante. Estropea mi canción. ¡Aquella canción!

Tú te incomodas. Soy como un cojín mal colocado detrás de tu espalda. Una mancha en tu corbata. La punta de un alfiler. La aguja perdida entre la paja. Un vendaval.

Hay señales de alarma en la carretera. Tal vez fui yo quien las colocó ahí. 


Quiero rozar la Luna. Visitar al Principito. Sembrar algunos sentimientos. Volar. Dejar que la lluvia me empape el pelo. Pero regreso a la comarcal de curvas asesinas.
Viva o muerta, qué más da.

Antonia J Corrales © Copyright 22 de mayo de 2023


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