A los que creen y defienden que el fin no justifica los
medios jamás.
A los que luchan por la igualdad
y la practican.
A los que pelean para que los derechos
y las libertades de las personas estén
por encima de los intereses de los que solo quieren llenar sus cuentas
corrientes.
A los que siempre dicen la verdad, aunque esta
sea dura y ello les lleve a perder privilegios.
A los que te prestan el hombro
para que dejes en él tus lágrimas y lloran contigo.
A los que te escuchan.
A los que no se dejan llevar por
las malas artes para conseguir sus fines.
A los que sonríen, lloran,
luchan, trabajan, no pierden la ilusión
por llegar, te tienden la mano, brindan contigo y te acompañan en el camino.
A los que debaten sin radicalizarse.
A los que no se creen más que
nadie.
A los que respetan las ideas, las
creencias religiosas, políticas, la condición sexual, el derecho a ser y opinar.
¡Feliz Navidad a la gente de
buena voluntad!
No os vayáis lejos, no nos dejéis. El mundo,
esta sociedad marchita os necesita a todos y cada uno de vosotros para poder
seguir celebrando ésta y muchas otras fiestas de Navidad. Para comenzar un
nuevo año, un nuevo mes, un nuevo día, un nuevo amanecer.
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