Traspapelé los recuerdos de aquella triste mañana, pero no tus ojos zarcos, violetas de tu mirada.Extravié tus memorias, dejé de esgrimir la palabra y me empapé del silencio que derramó tu fantasma. Descarrié tus recuerdos y con ellos mis palabras. Dejé de hablar para siempre aquella triste mañana, cuando la muerte se llevó el añil de tu mirada.
© Antonia J. Corrales
*Texto publicado en The Big Times
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