Nos hemos vuelto sensacionalistas, estúpidos, tontos de capirote. Nos dejamos llevar por la ola de la excesiva información, pero no de la información objetiva, como debería ser ésta, sino de ésa que sustantiva demasiado, que engrandece las miserias en vez de denunciarlas. Somos asiduos a los desastres, a la negatividad y al consuelo del típico refrán: otros están peor.
Gritamos ante un cartel sensual como el de " Diario de una ninfómana",un cartel que de seguro a todos gusta, a mí, como poco, me parece "estupendamente" sensual y la sensualidad es... estupenda., pero..., con la que está cayendo, pocos se atreven a decirlo. Ahora se lleva el escándalo público, el poner las manos sobre la frente y exclamar en contra de algo o de alguien, condenarlo a la perpetua censura de eso que algunos llaman respeto, o falta de respeto, no sé , porque ya tengo un lío de conceptos lingüísticos importante con los temas de la ofensa personal que no me deja racionalizar con normalidad.
Gritamos ante un cartel sensual como el de " Diario de una ninfómana",un cartel que de seguro a todos gusta, a mí, como poco, me parece "estupendamente" sensual y la sensualidad es... estupenda., pero..., con la que está cayendo, pocos se atreven a decirlo. Ahora se lleva el escándalo público, el poner las manos sobre la frente y exclamar en contra de algo o de alguien, condenarlo a la perpetua censura de eso que algunos llaman respeto, o falta de respeto, no sé , porque ya tengo un lío de conceptos lingüísticos importante con los temas de la ofensa personal que no me deja racionalizar con normalidad.
Es todo tan rápido, tan censurable, tan extrapolado que sólo ha lugar citar a Groucho Marx:
"Durante mis años formativos en el colchón, me entregué a profundas cavilaciones sobre el problema del insomnio. Al comprender que pronto no quedarían ovejas que contar para todos, intento el experimento de contar porciones de oveja en lugar del animal entero"
"Durante mis años formativos en el colchón, me entregué a profundas cavilaciones sobre el problema del insomnio. Al comprender que pronto no quedarían ovejas que contar para todos, intento el experimento de contar porciones de oveja en lugar del animal entero"
¡Qué acertado estaba el maestro! Quizás esto tendrían que hacerlo en el Mercado Monetario Internacional, dejar de contar ovejitas y empezar a contar porciones, sobre todo algunos. Me refiero a los dueños de las ganaderías.
© Antonia J Corrales
2 comentarios:
Qué buen final del texto, querida Antonia.
Un besote gordo.
Gracias Juanma, tu último texto del blog también me gustó muchísimo, es muy bueno.
Beso enorme,
Antonia J Corrales
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